jueves, 25 de septiembre de 2008


Clear weather after snow
Tokaido series, no.47 (no date)
Ado Hiroshige


busco
busco y busco
pero sólo frío y soledad

sólo frío
tristeza y aflicción

incluso un sol templado, repentino,
haría más difícil mi consuelo

tres o cuatro copas de este vino

¿qué pueden contra una larga noche,
contra el furioso viento que se acerca?

ahora que pasan los gansos salvajes
me duele más mi corazón

y es que somos, ellos y yo,
viejos conocidos de antaño

sobre la tierra se amontonan
los crisantemos tristes
ya marchitos y ajados

¿es que nadie ha querido recojerlos?

vigilo la tarde en mi ventana
yo sola
¿cómo podré resistir la oscuridad?

además, de los árboles, una lluvia fina
va cayendo
gota a gota
hasta el anochecer

¿tantas cosas..., tantas,
caben en una sola palabra:

tristeza?

Tonos lentos
Li Qingzhao

lunes, 22 de septiembre de 2008

visitas de sobremesa



¿Monotemática? Tal vez... Puede ser... Habrá motivos...
Será porque, de las pocas fotos que hago últimamente, éstas son las que más me llenan. Será porque soy incapaz de buscar esos otros motivos que deberían aparecer en este mi espacio... Será porque no los encuentro? No sé porqué será...

En cualquier caso, todo tiene su momento y ahora mismo, los ojos de Unai son (aunque no los únicos) los que me tienen el corazón robado. Y como soy fácil de atrapar, en ellos me enredo sin ofrecer ningún tipo de resistencia.

P.S. Qué le contaba su padre, sólo él lo sabrá.

domingo, 14 de septiembre de 2008

motivos



Porque hoy necesito sentir que todo vale la pena. Porque la alegría llega cuando menos te lo esperas, casi sin avisar y con las facciones de una nueva vida. Porque hay que seguir siempre, aunque en ciertos momentos sonreir nos rasgue el rostro. Más allá, valdrá la pena y lo sabremos.

viernes, 12 de septiembre de 2008

por una conversación ausente



No escuché tu llanto y también lloré.
Lloré sin saber el motivo concreto, guiada por un impulso estúpido de posesión.
No era rabia, era el sentir de la falta.
Y entonces te oí lejos, cabizbajo, desorientado, reclamando un sentido que
sabes no llegará jamás. Porque no te corresponde. No son tuyas las preguntas
que han sido lanzadas en algún momento de nuestra vida.

Los errores han de cometerse. Lo sabes, lo sé, las conclusiones
llegaron lentamente frente a una taza de café ya frio.
Y, sin embargo, sigues llorando sobre tu brazo izquierdo,
de espaldas y contra la pared, sin dejarme recorrer el camino de un consuelo
que yo sé te pertenece. Déjame que te lo recuerde.

Nuestra vida prestada ha de ser devuelta. Son las reglas del mercado.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Auden



Lay your sleeping head, my love,

Human on my faithless arm;

Time and fevers burn away

Individual beauty from

Thoughtful children, and the grave

Proves the child ephemeral:

But in my arms till break of day

Let the living creature lie,

Mortal, guilty, but to me

The entirely beautiful.


Soul and body have no bounds:

To lovers as they lie upon

Her tolerant enchanted slope

In their ordinary swoon,

Grave the vision Venus sends

Of supernatural sympathy,

Universal love and hope;

While an abstract insight wakes

Among the glaciers and the rocks

The hermit's carnal ecstasy.


Certainty, fidelity

On the stroke of midnight pass

Like vibrations of a bell

And fashionable madmen raise

Their pedantic boring cry:

Every farthing of the cost,

All the dreaded cards foretell,

Shall be paid, but from this night

Not a whisper, not a thought,

Not a kiss nor look be lost.


Beauty, midnight, vision dies:

Let the winds of dawn that blow

Softly round your dreaming head

Such a day of welcome show

Eye and knocking heart may bless,

Find our mortal world enough;

Noons of dryness find you fed

By the involuntary powers,

Nights of insult let you pass

Watched by every human love.



Lullaby, by W. H. Auden