s/t
2010
Dos de la madrugada.
Estoy agotada.
Lejos de casa pienso cómo acabo siempre en esta tierra.
Cada nuevo rincón me sorprende, me atrapa sin más.
En primavera avanzada me regala campos de amapolas y
ahora, niebla densa y un aura extraña de romanticismo arcaico.
Hubiera seguido caminando hasta la orilla; el lago, al otro lado, matizaba sus azules y engullía con cariño las raíces de algún que otro árbol sin o con suerte.
Maldita naturaleza, siempre empeñada en dejarme con la boca abierta.
Buenas noches, ahora que ha dejado de llover.