s/t
2010
Tras el camino recorrido, giras sobre ti.
Allí lejos deberías reconocerte, escuchas a una voz de fondo.
Pero en lo único que piensas es en resguardarte
de la lluvia que cae lentamente.
Fina y penetrante,
igual que el frio que te obliga a meter la nariz a tres palmos del suelo.
"Mira", suena de nuevo.
"Demasiado revuelo ahí fuera para nada.
Espero que este agua calme unos ánimos mal llevados;
porque nos empeñamos en gritar hasta desgañitarnos,
a reñir por lo que pensamos,
a renunciar a nuestros sueños por culpa de los que pasaron antes,
a mirar de reojo por si nos pisan,
a enfadarnos,
a ahogarnos en nuestros (nuestros x2) problemas,
a olvidarnos del resto del mundo que nos roza el codo. No están tan lejos..."
Qué mundo nos ha tocado vivir,
qué mundo nos empeñamos en vivir.
Parece que no aprendemos.
Ni siquiera en vacaciones.