Agosto de 2008
Ven a perderte de nuevo conmigo, lejos, donde sólo nuestras huellas llegarán más lejos que nuestra voz, donde siempre redescubro el gusto por sentirte mio, donde el aire que se retuerce a nuestro lado es cómplice de mis ojos, de mis manos, de mi falta de decoro, de mi único exceso.
Y sé, seguro, que cualquiera podría perdonarme.
Ven a perderte de nuevo conmigo, lejos, donde sólo nuestras huellas llegarán más lejos que nuestra voz, donde siempre redescubro el gusto por sentirte mio, donde el aire que se retuerce a nuestro lado es cómplice de mis ojos, de mis manos, de mi falta de decoro, de mi único exceso.
Y sé, seguro, que cualquiera podría perdonarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario