sábado, 4 de diciembre de 2010

Paciencia


s/t
2010



Nunca sabrás apreciar los matices más delicados del vino si no has paseado entre viñedos una mañana de domingo, no especialmente fría, en silencio, despacio. Si no sientes los aromas de la tierra, todavía exhalando la humedad de las primeras horas del día, como te acompañan en un recorrido improvisado y sin rumbo. No es necesario si te dejas llevar y te pierdes en cada detalle, en cada racimo de uva diferente del anterior. Cada uno con luz propia, con carácter propio.

Nunca sabrás entregarte si antes no has entendido lo más primitivo de su origen: la tierra que lo contiene y que lo ve nacer. La que también a nosotros nos soporta, con paciencia. Como al buen vino. ¿Quién no aguardaría con idéntica paciencia si supieramos que lo que notamos aquella mañana de domingo se hará placer?

Tendremos que buscar pequeñas dosis de paciencia...

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