viernes, 7 de septiembre de 2007

In Memoriam


Los juguetes han quedado apartados en un rincón. Ella los mira, con cariño los mueve a un lado cada vez que limpia la habitación y, con el mismo cariño, los vuelve a dejar exáctamente en el mismo sitio. Y así, van pasando los años.
Ahora ella se ha ido.
Después de cierto tiempo, me sorprende comprobar cómo las lágrimas siguen escapándose sin mi permiso. No hay nada que hacer, el vacío ha de llenarse con algo.

Aunque de vez en cuando me acuerdo de sus manos...

Las mujeres importantes de mi vida se van. Y no consigo encontrarle un sentido. Mi infancia, los juegos y su ternura se han ido con ellas, sin que pueda decir nada al respecto. Asentir, quedarse callada y seguir adelante, sabiendo que es lo mejor (lo único) que se puede hacer. Ahora las conversaciones las mantengo sola, mirando algún lugar indeterminado del cielo sabiendo que allí no están. Ciertas cosas no las creí nunca.

Pero las quiero. En presente. Y así seguirá siendo mañana.


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