Fue la penúltima imagen, la última que quiero recordar...
Fuera ya oscurece, lo justo para que la ventana muestre una imagen del interior: en el cristal, el reflejo de dos figuras juntas, pecho contra espalda y un abrazo que retiene por detrás. El rostro, escondido sobre el hombro izquierdo, oculta una expresión de pura tristeza. Al levantarlo, se cruza con una media sonrisa y una mirada igualmente perdida.
Los segundos pasan, el sonido de la calle se filtra por las rendijas de una puerta mal ajustada; el mundo se para. El frio es mayor dentro que fuera, pero no hay intención de moverse. El corazón se nota acelerado, rítmica expresión de un vacío interno. Quisiera quedarme así, notando el calor de su respiración sobre mi hombro, recordando cada detalle de su cara, ahora que se acaba el tiempo.
El abrazo se hace más fuerte. Después, se deshace... y empieza la distancia.
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1 comentario:
la distancia...
te mando un abrazo, preciosa. Sé que no es lo mismo, pero así imagino que tú me abrazas y es todo un poquito más fácil.
tu sobrina, griposa, en un día gris como ha sido el de hoy... qué más te voy a decir.
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