lunes, 28 de enero de 2008

lo confieso, espero a alguien



Me van a disculpar, pero desde hace un mes sólo tengo a un individuo de género masculino en mi mente. Él todavía no lo sabe y es normal. Vive tranquilo a kilómetros de distancia de mí, sin intuir que existo. O tal vez sí, por alguna que otra voz que ya empieza a serle familiar y que le cuenta bajito de mí. Pero entiendo que no le dé mayor importancia al tema, más de lo que le da al resto de cosas que tiene a su alrededor.

Yo, sin embargo, no dejo de pensar en él: su figura, su buen estar, su discreción y sobre todo, lo que en un futuro puede llegar a ser en mi vida. Creo, aunque me perdonarán si aventuro demasiado, que nos vamos a llevar bien. Instinto, será lo que siento, pero alguien tan esperado como él no puede dejar de ser menos relevante. Además, con él he vuelto a reir y también a llorar de la más pura emoción incontenida. Para estas cosas, me excedo en sensiblerías.

Sea como sea, me veo en la obligación de esperar. Todavía no ha llegado el momento de encontrarnos, pero cada día le pregunto al tiempo cuánto queda hasta entonces (ahora la contabilidad va por semanas... cómo han cambiado las cosas...). Y me permitirán que me retire; debo empezar a aclararme la voz porque los cuentos nocturnos para mi sobrino merecen ser ensayados desde ahora.

3 comentarios:

C. dijo...

ves ensayando, por Julio, a ese niño le leerás muchos cuentos, así que debes estar preparada.

besos sobriniles

C. dijo...

Para eso cuenta conmigo, evidentemente.
Igual hasta puedo adaptar la novela, transformándole en un cuento nocturno para niños lindos...mmmmm lo pensaré.

besos matinales

Sanjalica dijo...

ay...es muuy boniiito.

y espero que venga pronto, muy pronto ...