sábado, 10 de mayo de 2008

permiso, voy a entrar

De nuevo en casa, tras un par de semanas locas.
No, no era una despedida definitiva. Era una despedida personal a mí misma; me fui para separarme de algo que quería dejar atrás y recuperar una parte muy pequeña pero muy importante que me pertenecía y que dejé en algún sitio hace mucho. Creía haberla perdido. Malevich fue sólo una excusa, un significado apropiado para la ocasión.

Diluvia en la ciudad, todo es agua y un poco de frio. Perfecto, aquí me quedo: sentada en la cama, el ordenador sobre mi regazo, una taza de té a mi izquierda puesta sobre el I Ching (edición antigua).
El piso está tranquilo y casi a oscuras. Es sábado y es primavera. Llueve.

Suena Versatile Heart, en concreto The Way I Love You, al que seguirá Go Home, seguro. Las escuché demasiado en un determinado momento, cuando no conseguía decir en alto ciertas cosas. Ahora que ya puedo, esas mismas canciones siguen viniendo a hacerme compañía pero de otro modo. Continúan sonando tristes, por supuesto, pero el pinchazo que antes hería ahora es una simple presión en el dedo que produce escalofríos. Signo de que siento, de eso estoy segura.



Estamos en mayo. Cuando salga el sol, yo saldré a por margaritas. Blancas.

2 comentarios:

mula kaï kaï dijo...

bienvenida.
espero me guardes una margarita. aunque ante todo me gustan los rojos, los lilas, el rosa del atardecer. gracias por comentar de nuevo. un beso

C. dijo...

Ha salido el sol, por fin.

besos